¿Alguna vez has estado tan enojado que desde que te levantas tienes ganas de golpear a todos?
Justo en esa situación me encuentro hoy, no quiero saber nada de él, ni tantito, ni un miligramo, en este momento estoy decidida a entrar en un proceso de rehabilitación de tantas cosas, que las haré tan de modo ordenado que cuando haya terminado sea una persona nueva, funcionó con el facebook, tiene que funcionar con él también; Y es que lo más difícil del asunto es que odio que me guste, me molesta pensar en él todo el día, que él no me ubique en el mapa y que yo no ubique en el mapa a otros, es parte del juicio karmiko, tal vez, odio estar pensando en él y tener que escribir porque no me atrevo a hablar de lo que estoy sintiendo, he sido ya tan repetitiva acerca del tema que ya no me soporto ni escribiendo sobre él.
He llegado al punto de perder la cordura y la coherencia, he dejado de escribirle cosas bellas, he dejado de escribir con el corazón para escribir con el hígado, ¡Sí, dije con el hígado! porque el hígado es esa bolsa que guarda los residuos y aquellas cosas que no nos sirven pero que no encontraron a dónde irse y no podemos deshacernos de ellas, eso es él un residuo, basura en mi vida, es ese algo que no me deja respirar, ni vivir, ni soñar, ni nada de esas cosas que tanto amo...
He dejado de ser yo, ha dejado de ser divertido pensar en hadas y cuentos y bellos paisajes; y es que, la verdad es que en este momento estoy enojada y no creo y tampoco espero que se me quite el enojo pues espero de todo corazón que sea el enojo el que me motiva a sacarlo de mi hígado... porque estoy segura de que en mi corazón ya no está...
Sorry... me harté de esperar... y aunque no fue mucho tiempo el que pasó, tengo que admitir que soy impaciente y mi paciencia se acabó.