En los últimos días mi contador de visitas on line ha marcado a dos lectores, uno soy obviamente yo, que reviso en caso de que alguien se haya animado a visitarme y a escribir lo que le ha parecido leerme, el otro, es un misterio...
Al principio creí que sería mi papá y que sería probable que nos encontráramos leyendo el blog en el mismo momento, hoy puedo estar segura de que no es así, (A papá: Sé que leerás esto, o al menos eso espero, no digo que no me leas, quise decir que normalmente no coincidimos leyendo por nuestros extraños horarios), él acaba de irse a dormir y hace algunos segundos mientras revisaba si había alguna señal de vida en la mariposa de la caja de cristal volví a encontrar el número 2... somos yo y ese alguien más que no se deja descubrir.
Debo decir que si existes y no es una tonta jugada de mi contador de visitas, sería muy lindo para mí saber lo que opinas, saber que existes, que no es un error de cuentas, quisiera saber si funciono en esto, si te gusta lo que hago, si vale la pena seguir escribiendo... y es que es probable que no sea tan buena, pero saber que tengo un lector frecuente seguramente me regrese las palabras perdidas que se me han escondido entre las ramas de los árboles, si tan sólo pudiera saber si en verdad existes...
Un comentario o en el último de los casos una palomita en la opción malo... para que sepa que aunque no te gusta me visitas porque esperas que un día mejore y algo haya que te identifique conmigo...
Y ahora sólo quedan por esperar dos opciones, la primera es que me digas que existes, la segundas es que sigas leyendo y me dejes con la duda... la última, es que aterrado por la idea de que sé que me lees dejes de hacerlo, por eso o porque no te gusta que te digan que hacer.... en fin que no fueron dos opciones sino tres.
Querido anónimo, en este momento a mis manos les hace falta saber que existes y lo que piensas, aunque también habrás notado que aunque no sé si seas real me has hecho escribir...
Gracias anónim@