domingo, 3 de julio de 2011

Miradas

Las miradas no engañan, cuentan historias que nadie entiende porque están perdidos en las propias, las miradas delatan el dolor más profundo y la culpa que siente el alma, mi mirada demuestra mi culpa, mi impotencia, mi rabia, el dolor que hay en mi pecho, las lágrimas que se quedaron atrapadas.

Odio admitirme transparente, pero no es del todo culpa mía, es que mis ojos relatan historias que preferiría que se quedaran guardadas; y no me queda más que esperar a que llegue alguien y las descifre, que llegue y que se entere que me siento destruida, que me hacen falta muchas micropartes que juntas hacen un hueco insoportable que lastima mi alma y mi cerebro, que lastima a mi mente, a mis ánimos y a mi esperanza.

Odio leer miradas, como odio que lean la mía, odio ver una mirada que suele verse como alguna vez se vio la mía, mi alma no puede más, se rompe en pedacitos y me vuelvo transparente, mi mirada me delata, tu mirada te delata... hemos estado sufriendo tanto que probablemente nos hayamos olvidado de amarnos profundamente al intentar interpretar nuestras miradas, las llenas de vacío, las vacías de todo, las llenas de nada, las que hieren , las que duelen, las que hacen tanto daño que nadie más puede entender.

Las miradas son la parte más sensible de la representación de los seres, de los sentimientos de las auras, de las almas, las miradas calcinan, destruyen acaban e informan, las miradas delatan y la mía hoy, delata la tristeza que llevo por una pérdida... por dos pérdidas... por las pérdidas, que nadie espera que se sientan, las pérdidas que se ocultan, pero que las miradas delatan

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