Déjame Señor alcanzar la luna, dividirla en pedacitos, soñar que la armo cual rompecabezas y que se multiplique, déjame alcanzar la luna y que los trozos duplicados se vuelvan finos regalos a quienes me aman, deja que me beba la luna, que me cuelgue la luna en las orejas como pendientes, ayúdame a guardar a la luna en mi recámara para que me ilumine siempre...
Sigue soñando princesa, no dejes que borren tu sonrisa, no permitas que te alcancen para hacerte daño, sueña con la luna, sueña que la alcanzas, que la guardas en una esquina de tu cuarto.
Sigue soñando princesa, porque aquí afuera el mundo se pone pesado.
Te regalaré la luna para que la partas en trocitos y te diviertas jugando como cuando eras niña.
Sigue soñando princesita...
Pero Señor, Y si el corazón se me volviera de cristal y un sonido fuerte lo rompiera, ¿Prometes restaurarlo? Mis fuerzas disminuyen, parece que cada día me hago más chiquita, ya no quiero seguir pegándolo sola;¿Podrías por favor ser tu quien lo una mientras yo juego con la luna?...
Princesa, no te preocupes por lo que pudiera pasar mañana, para eso estoy yo, cada día será una aventura nueva y si yo permitiera que tu corazón se cristalizara, no sería cualquier cristal, lo cristalizaría a modo de diamante, para que así, Princesa, nadie pueda romperlo con tanta facilidad...
Pero, Señor...
Y si en algún momento tu corazón escuchara un sonido tan fuerte que lograra destrozarlo, entonces mi niña, mientras tú juegas con la luna, yo armaré cada parte de tan hermoso diamante y lo haré un poco más grande, para que puedas amar cada uno de esos sonidos estruendosos que pudieran abrir próximas grietas en tu corazón y en tu alma...
¿Y que sucedería Padre si un día sintiera que mis lágrimas caen velozmente y no puedo atraparlas? ¿Y si sintiera que soy un frasquito lleno de jugo de limón que necesita de su líquido para sostener al diamante? ¿Y si sintiera que mis lágrimas caen tan rápido y tuviera miedo de vaciarme? ¿Estarías tú Señor para llenarme?
Yo seré tu alimento pequeña, tu manantial de vida, si sintieras que te vacías, no debes tener de que preocuparte, volveré a llenarte y ésta vez será con un agua que no se acaba, y aunque corran millones de lágrimas por tus mejillas estarás llena del líquido más perfecto, de ese líquido que no permitirá que el diamante baje de su lugar...
Sigue soñando princesa, deja de angustiarte por lo que pasará mañana, yo estoy contigo en todas partes, yo estaré cuidándote siempre...